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La Destrucción constante del Cuerno de África

“Somalia despierta,

despierta y une tus manos

debemos ayudar

a los más pobres

de los nuestros siempre”.

Fragmento del Himno de Somalia


Cuando terminé mis estudios secundarios, leí una de las obras de Frederick Forsyth titulada “Los Perros de la Guerra”. La trama se enfoca en la contratación, por parte del dueño de una empresa transnacional, a un grupo de mercenarios, con el objetivo de llevar a cabo un golpe de Estado en un país del África; y, de esta manera, poner fin a un gobierno contrario a sus intereses y apoderarse, sin imposiciones, de los recursos naturales de aquel país.



Esta novela de los años 70 no difiere mucho de la realidad del continente más pobre del mundo, puesto que la dominación y explotación ha estado presente desde épocas coloniales.


Actualmente, se manifiesta en procesos neocoloniales que aparte de la dominación económica, el saqueo de recursos, la explotación del trabajo de los pueblos africanos tienen un componente violento mediante guerras civiles, atentados perpetrados por grupos terroristas, que responden a intereses imperiales.


Uno de estos hechos más recientes es el ataque terrorista acontecido en Mogadiscio, capital de Somalia, donde el resultado fue un total de 358 muertos y 228 heridos, acaecido cuando un camión explotó en un sector muy concurrido del centro de la ciudad; considerado como el mayor acto terrorista en la historia somalí. Nadie se adjudicado el atentado, a pesar de que se le vincula a Al-Shabbaab.[1]


A esto se suma una nueva intervención por parte su país vecino Etiopía, aduciendo que es parte de la AMISOM (Misión de la Unión Africana en Somalia).


Guerras en otros países del África


Las guerras en África son innumerables, la mayoría son guerras civiles, que esconden intereses de carácter hegemónico; entre las más relevantes se han visibilizado, a nivel internacional, las siguientes:


  • Conflicto Chad-Sudán: En el 2005, el Gobierno le declara la guerra a Sudan, imputando el apoyo de ese país a grupos terrorista, que se infiltraban por la frontera este, haciéndose pasar por refugiados. El conflicto finalizó, en el 2010, dejando 7000 muertos, sólo de la República de Chad.


  • Guerra civil de Sudán del Sur: Guerra que se ha dado desde 2013. Las razones de este conflicto es originado por la falta de condiciones dignas en el sur del país, como la carencia de agua y la pelea constante por la apropiación del petróleo. Así mismo, las autoridades gubernamentales acusan a los países vecinos de colaborar con el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudan.


  • Segunda guerra civil de Libia: Después del asesinato de Muamar el Gadafi, el país entró en una disputa entre los grupos que ocasionaron el Golpe de Estado. El conflicto se ha intensificado con la inserción de elementos terroristas como el Estado Islámico. En los últimos dos años, las cifras de muertos llegan a 4000.


  • Guerra interna de Nigeria: El conflicto se origina por el surgimiento del grupo terrorista fundamentalista islámico Boko Haram, aunque no tiene carácter civil, es en realidad la guerra desatada en contra del régimen. El Boko Haram tiene como objetivo imponer la Sharia o Ley Islámico dentro del territorio nigeriano, excluyendo al 48,2% de cristianos de practicar su religión. El conflicto armado ha dejado como consecuencia 13000 personas muertas y 1200000 desplazadas.


  • Somalia: En el Cuerno Africano, desde 1991 hasta la fecha, la cifra de muertos es incontable. El conflicto producido por la pugna interna de dos bandos: los grupos islámicos y el gobierno del Presidente Mohamed Abdullahi Farmaajo. A la sangre derramada, en este conflicto, se suma la hambruna y las enfermedades, que se han convertido en epidemias nacionales prevalecientes; creando una crisis humanitaria, que no podrá ser solventada aunque se llegue a acordar la paz.


El común denominador, de todas estas guerras, es la proterva intención de adueñarse de las grandes cantidades de recursos naturales que poseen y, más allá de la ayuda internacional, siempre se desata el conflicto, entre países hermanos, debido a grupos extremistas, pugnas religiosas entre tribus o los propios gobiernos que reciben apoyo foráneo y, en el cual, siempre son favorecidos las compañías multinacionales.


Inicios de la Guerra en Somalia


El punto de partida del conflicto bélico somalí es el derrocamiento de Mohamed Siad Barre, el 26 de enero de 1991, situación que desata una contrarrevolución para reinstalarlo en el gobierno. Por tal razón, se desencadena la pugna por el poder por parte de varias tribus, etnias y grupos armados que colaboraron en la caída de Barrer; lo cual ocasionó un estado de anarquía que, a pesar de la intervención de la Organización de Naciones Unidas, el actual gobierno se encuentra debilitado, a consecuencia del poco respaldo popular y la constante guerra contra los grupos islámicos.


A esto se suma la división de la región de Somalilandia[2], que proclamaba su independencia; de la misma manera, otros estados se han proclamado autónomos sin separarse del país, debido a los altos índices de violencia, como ejemplo tenemos los estados de Putlandia, Jubalandia, Gamuldug y, por último, la región del Sureste de Somalia. Las peleas entre el gobierno, los señores de la guerra y otros grupos tratan constantemente de controlar dichos territorios.


Guerra contra Etiopía


En 2006, Somalia entró a otra etapa de guerras, no sólo internas sino también externa, con su vecino del lado occidental: Etiopía. Todo comenzó cuando el país vecino ocupó las ciudades de Mudug y Galguduud, apoyando al gobierno provisional somalí de ese entonces, en conjunto con las fuerzas aliadas de la propia Etiopía y con los estados de Putlandia y Gamudug.


La guerra se libró contra la Unión de Tribunales Islámicos (UTI), constituido tribus islámicas, que tenían el deseo de instaurar el orden en Somalia; al respecto, se debe tomar en cuenta el 99 % de la población somalí es musulmana.


El pretexto de Etiopía para intervenir fue que los supuestos grupos terroristas estaban infiltrándose en su territorio, escondiendo intereses de expansión territorial por la apropiación de recursos naturales, alianzas que van desde los Estados ya mencionados hasta las hechas con los propios Estados Unidos. Etiopía, como títere de los intereses de potencias extranjeras, preparó el terreno para la invasión estadounidense.


Invasión estadounidense


En 2007, Estados Unidos interviene militarmente por primera vez, desde que la Organización de Naciones Unidas tiene presencia en el país africano, y luego de que la UTI perdiera la guerra contra Etiopía, momento en el que el Gobierno local recupera la capital. Sin embargo, la presencia del país norteamericano es desde 1977, cuando apoyaron al régimen de Mohamed Siad Barre y, cuando vieron insostenible la continuación del mismo trataron de pactar con los gobiernos provisionales.


En 1993, Bill Clinton se vio obligado a retirar sus tropas del país, debido a los acontecimientos de la caída del Halcón Negro; dicha situación fue un revés para la consecución de sus objetivos acordes a sus intereses. La ausencia temporal de Estados Unidos estuvo cubierta por las fuerzas de la Unidad Africana, instancia que fue adiestrada y equipada a fin de contar con un aliado que defienda sus intereses.


Guerra desde el 2009


Prácticamente la situación no ha mejorado, tanto las misiones de Naciones Unidas como las estadounidenses han mantenido la posición de estabilizar al gobierno. Aunque exista ayuda humanitaria, ésta únicamente llega a las regiones permitidas por el Gobierno de Somalia; mientras que otros sectores, cuya posición es neutral, y que, además, se ubican por las zonas donde transitan las personas que buscan salir del país, son invisibilizados.


Por otro lado, cabe indicar que quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad, como consecuencia de la guerra, son víctimas de los Señores de la Guerra, la criminalidad, la piratería, entre otros.


Según cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) del 2016, el número de desplazados de Somalia es de 2.6 millones. La situación se agudiza debido a que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), han proliferado los casos de cólera, llegando a 60000 casos reportados, lo cual se considera una de las más graves crisis epidemiológicas; a ellos se suma la sequía más fuerte de los últimos años, afectando la economía del país puesto que la poca exportación que tiene es de productos agrícolas.


Entre paréntesis, cabe indicar que Somalia es considerado un país geoestratégico debido a que su ubicación constituye la conexión con todo el Golfo de Adén, que conecta al Mar Rojo y al Golfo de Arabia, importante zona de tránsito para transportar el petróleo.


Por último, aduciendo que Al-Shabbaab tiene vínculos con “Al Qaeda”, se mantiene al país en un estado de violencia y represión, mediante la presencia de fuerzas especializadas que “luchan contra el terrorismo”; sin embargo, no se reconoce a la presencia y participación de determinados sectores como son la Unión de Cortes Islámicas (UCI), quienes han llegado a acuerdos coherentes como el de 2006, cuando manifestaron su intención de apoyar al Gobierno Transicional con la a cambio de la salida de las fuerzas etíopes.


La situación del puelo somali y los pueblos africanos no es mas que la muestra de la voracidad capitalista que para garantizar sus ganancias buscan someter a sangre y fuego a lo spueblos.




[1] Movimiento terrorista yihadista de Somalia, perteneciente a Al-Qaeda desde 2012, es el ala radical de la desaparecida Unión de Tribunales Islámicos de Somalia, que controlaba la capital hasta cuando fue expulsado por fuerzas etíopes.


[2] La República de Somalilandia, es un país independiente de facto, que está ubicado en el denominado Cuerno de África, al noreste de Somalia. En 1991, las regiones administrativas de Awdal, Woqooyi Galbeed, Togdheer, Sanaag y Sool, proclaman su independencia y constitución como República. A pesar de no ser reconocida internacionalmente poseen constitución, moneda y gobierno propio.

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