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Encontrándonos: La revolución en femenino

Encontrarnos para habitar colectivamente, y escuchar nuestras voces más allá de la representatividad de los líderes y cuadros, encontrarnos como acción directa para ir desmontando este cuento que nos contaron de la revolución en la que aparecemos como apoyo y complemento, incompletas y prescindibles, encontrarnos sin tanto ruido, recuperar nuestros espacios que son todos, la calle, la cama, la escena, el megáfono para agitar con nuestras consignas, la asamblea y la fiesta, invadir premeditadamente esos espacios en los que somos "invitadas" para hablar de nuestros temas, para cumplir la cuota, la cuota de mujeres, la cuota de lo LGBTI, la cuota para el 8 de marzo, desbordar los espacios de convivencia que acomodados en los viejos lemas quieren seguirnos invitando solo y cuando sea necesario, en complicidad de otras como nosotras, encontrarnos más allá de las líneas imaginarias que llaman fronteras, encontrarnos con este chisme tan común de que la revolución también nos pertenece, que no hay una, sino muchas y muy variadas las revoluciones que si queremos ver, encontrarnos por y para nuestras causas.

Construyamos un pequeño encuentro con grandes discusiones, nuestra propuesta es juntarnos a hablar de esto que nos atraviesa distinto solo porque somos mujeres o existencias disidentes a la norma heterosexual, hablemos de los grandes temas que no se quiere tocar por los velos con los que se los ha tratado, desmontemos las fronteras que hay, esas líneas imaginarias entre territorios y también las fronteras morales, políticas, que nos han separado. Esto para nada representa ninguna división, implica hablar de nuestras miradas y existencias, implica que hablemos con nuestras voces, y resulta que en por lo menos los últimos 20 años estas voces se escuchan, los grandes temas que ha defendido el movimiento de mujeres (con todo lo diverso que eso representa) han conseguido resonar, no es una casualidad que absolutamente todos los espacios organizativos, los estados y gobiernos, las instituciones, ong's, estén intentado aunque sea en el papel tener una postura de género, las consignas y debates propuestos y defendidos al calor de la lucha por el movimiento de mujeres a tenido acogida fuera de las fronteras porque son temas que nos son cercanos a todas, en todos los idiomas, en nuestras propias realidades pero comunes a niveles nunca antes conocidos, desde Medio Oriente hasta Latinoamérica, las causas de las mujeres, nuestras causas, tienen hoy por hoy una potencia que necesitamos cohesionar a favor de transformaciones reales y profundas, encontrándonos y tejiéndonos puede ser un gran comienzo.

Sin duda, la organización feminista autónoma, popular y comunitaria se plantea el encuentro de diálogos como instrumento de lucha y el cambio social como un hecho creativo y práctico. Es necesario construir un espacio heterogéneo de indias, obreras, amas de casa, estudiantes, lesbianas juntas, revueltas y hermanadas. Un espacio donde no nos vamos sumando a discurso ninguno, sino impugnando las barreras que el patriarcado pone en la construcción de un vínculo subversivo mujer-mujer, barreras que las mujeres las vamos haciendo propias. A partir de allí hemos ido desatando una práctica política en muchas direcciones y nos hemos ido convirtiendo en un referente social de rebeldía, fuerza organizativa y fuerza transformadora en nuestra sociedad.

En ese caminar y en ese juntarnos unas con otras, desordenando el orden de todas las filas, las prioridades y las jerarquías sociales. De ese trabajar juntas surge no sólo una experiencia de solidaridad y amistad, sino un conjunto de análisis, críticas y practicas sobre el necesario cambio social. Porque ningún cambio social que parta de omisiones es creíble y las mujeres hemos sido omitidas del sentido de cambio social, de antemano, en todos los procesos históricos que conocemos, por eso hoy decimos ¡juntas somos más!.

Temas propuesta para la discusión:

  • Feminismo y Lucha de Clases

Formas organizativas del movimiento feminista, militancia con sectores diversos (pedagogías, metodologías, formación política).

“La primera máquina desarrollada por el capitalismo fue el cuerpo humano y no la máquina de vapor, ni tampoco el reloj” (Federici, 2010, pág. 201)

ANTECEDENTES

El reconocimiento del papel transcendental que juegan las mujeres en la sociedad, pese a los esfuerzos de mujeres alrededor del mundo en diferentes ámbitos; sigue siendo restringido. La función reproductiva y de cuidados que cumplen las mujeres, lejos de visibilizarse y valorizarse social, laboral, científica, política, comunitariamente, etc., como un trabajo indispensable para la continuación de la vida, se ha mantenido encubierta.

Este trabajo realizado mayormente por mujeres se ha funcionalizado dentro del sistema económico-político imperante para glorificar actividades como la maternidad. Esto es visible, por ejemplo, cuando se trata de publicitar un modelo de mujer abnegada y entregada totalmente a la reproducción y cuidado de la familia nuclear (Despentes, 2007).

El trabajo de las mujeres ha sido asociado con los afectos (sentimientos y emociones), con lo rutinario y la atención a los demás; es concebido por la sociedad como natural a partir de la capacidad reproductiva-biológica de las mujeres y fruto de procesos históricos de socialización que las responsabilizan de las funciones reproductivas-de cuidados, mientras que a los hombres les corresponde en mayor medida el trabajo productivo (Larrañaga, Arregui, & Arpal, 2004).

Este escaso reconocimiento dificulta a que las mujeres se formen como sujetos activos en los diferentes espacios de participación a la vez que invisibiliza incluso para quienes realizan este trabajo su rol trascendental para la sociedad, estas condiciones anularon por mucho tiempo a las mujeres simbólicamente de espacios de participación manteniéndolas en el cautiverio doméstico-privado.

Las mujeres de este modo asumen las tareas del trabajo reproductivo y de cuidados disminuyendo sus oportunidades de desarrollo personal, profesional, político, etc. y representan sujetos domesticables, que a más de proveer de fuerza de trabajo, estarían encargadas de reproducir el disciplinamiento detonado sobre sus propios cuerpos y existencias. Sin embargo, las mujeres son solo parte de estructuras complejas de control y regulación en las que operan más actores externos.

Es necesario dejar claro que estos procesos violentos de disciplinamiento y desposesión están dirigidos a toda la población, pero que para los varones la pérdida de tierras de medios de existencia han sido parcial e históricamente compensados en lo que las marxistas llaman un pacto interclasista que les permite una apropiación consiguiente de las mujeres. A este proceso Federici se refiere como conversión de las mujeres en bienes comunes, que implicó una “nueva división (hetero)sexual del trabajo”. (Cielo & Vega, 2015, pág. 135)

  • ¿Dónde quedan las mujeres en la lucha de clases?

Para aquellas que nos criamos bajo la consigna primero la lucha de Clases y aquellas que descubrimos el feminismo más tarde de lo que nos hubiese gustado y que hemos escuchado hasta el cansancio que el feminismo es una ideología pequeñoburguesa. (Menéndez, 2018)

Es necesario repensarnos las viejas discusiones en la organización y los roles que dentro de las organizaciones han sido destinados para las mujeres, repensar y politizar las relaciones a todo nivel, emprender protocolos de acción frente a las viejas prácticas de complicidad y violencia, hablar en femenino de los grandes temas políticos. Las violencias perpetuadas en un sistema socioeconómico que amerita mantener estos niveles de violencia y explotación aún entre la clase obrera. Y la violencia machista es sólo la punta del iceberg de un complejo entramado de opresión hacia las mujeres que necesitan vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir. (IZAR, 2018)

Pero además superar esos viejos conceptos con los que se pretende funcionalizar una lucha tan necesaria y potente como la igualdad y equidad.

…es peligroso exigir igualdad en un sistema que se dedica a atacar y explotar a todo lo que existe en este mundo y pedir la igualdad dentro de este sistema es pedir que seamos igual de explotadas y violentadas que los hombres. No es por ahí el camino pues la idea, repito, es deconstruir este sistema y crear nuevas maneras de relacionarnos entre nosotrxs, con la tierra, con los animales y con la vida. También, en la línea de no ser dogmática, Federici nos habla de la importancia de pensar si el trabajo feminista tiene que ser a la par con las instituciones ya que éstas son las que han creado y permiten que continúen las desigualdades, sería algo ingenuo pensar que las instituciones nos ayudarán cuando lo que desean es mantener el status quo.

  • Territorio y Luchas antiextractivistas

El modelo de desarrollo extractivista aplicado bajo el mismo mecanismo colonial y patriarcal en los territorios de la Región, que nos promete desde procesos renovados y más conscientes de la contaminación que generan hasta futuros de desarrollo en esta espiral que conocemos de memoria y que lo único que ha permitido es el saqueo de los recursos y nuestra perpetua posición en la división internacional del trabajo en la que seguimos sosteniendo el desarrollo de otras regiones que no son la nuestra.

En las últimas dos décadas se ha dado una nueva forma de lo que Marx llamó “acumulación primitiva u originaria”, una nueva ola de ampliación sin mesura del mercado global, para lo cual debe desplazarse y destruir muchas comunidades. Se ataca a las tierras comunales pero también a las relaciones que produce la gestión comunitaria de la tierra.

El ataque a la mujer es fundamental hoy como lo fue en el siglo XVI y XVII porque son las mujeres quienes mantienen unida la comunidad, son las que están involucradas en el proceso de reproducción, son las que defienden más directamente la vida de la gente. Atacar a las mujeres es atacar a la comunidad. (Federici, Boca de Sapo, 2018, pág. 2)

Las luchas territoriales en contra del extractivismo se han construido de manera acérrima por mujeres, representantes de la defensa de la vida en su entendimiento más complejo, las mujeres han construido a través del cuidado una relación más cercana a los territorios y la naturaleza, por ello su visión sobre el mundo no se presenta como una visión solamente monetizada y mercantilizada de la vida.

  • Feminismo en organizaciones sociales mixtas.

  • Expresiones de la violencia patriarcal desde la perspectiva de militancias organizativas: (de clase, racialización, género, etc. a niveles urbano, peri-urbano y rural).

  • Aborto: Criminalización por abortar, activismo feminista por la des-penalización/legalización.

  • Espacio público urbano: ocupación de la calle, sujetos distinguidos como legítimos y señalados como ilegítimos.

Encontrándonos: La revolución en femenino

Encontrarnos para habitar colectivamente, y escuchar nuestras voces más allá de la representatividad de los líderes y cuadros, encontrarnos como acción directa para ir desmontando este cuento que nos contaron de la revolución en la que aparecemos como apoyo y complemento, incompletas y prescindibles, encontrarnos sin tanto ruido, recuperar nuestros espacios que son todos, la calle, la cama, la escena, el megáfono para agitar con nuestras consignas, la asamblea y la fiesta, invadir premeditadamente esos espacios en los que somos "invitadas" para hablar de nuestros temas, para cumplir la cuota, la cuota de mujeres, la cuota de lo LGBTI, la cuota para el 8 de marzo, desbordar los espacios de convivencia que acomodados en los viejos lemas quieren seguirnos invitando solo y cuando sea necesario, en complicidad de otras como nosotras, encontrarnos más allá de las líneas imaginarias que llaman fronteras, encontrarnos con este chisme tan común de que la revolución también nos pertenece, que no hay una, sino muchas y muy variadas las revoluciones que si queremos ver, encontrarnos por y para nuestras causas.

Construyamos un pequeño encuentro con grandes discusiones, nuestra propuesta es juntarnos a hablar de esto que nos atraviesa distinto solo porque somos mujeres o existencias disidentes a la norma heterosexual, hablemos de los grandes temas que no se quiere tocar por los velos con los que se los ha tratado, desmontemos las fronteras que hay, esas líneas imaginarias entre territorios y también las fronteras morales, políticas, que nos han separado. Esto para nada representa ninguna división, implica hablar de nuestras miradas y existencias, implica que hablemos con nuestras voces, y resulta que en por lo menos los últimos 20 años estas voces se escuchan, los grandes temas que ha defendido el movimiento de mujeres (con todo lo diverso que eso representa) han conseguido resonar, no es una casualidad que absolutamente todos los espacios organizativos, los estados y gobiernos, las instituciones, ong's, estén intentado aunque sea en el papel tener una postura de género, las consignas y debates propuestos y defendidos al calor de la lucha por el movimiento de mujeres a tenido acogida fuera de las fronteras porque son temas que nos son cercanos a todas, en todos los idiomas, en nuestras propias realidades pero comunes a niveles nunca antes conocidos, desde Medio Oriente hasta Latinoamérica, las causas de las mujeres, nuestras causas, tienen hoy por hoy una potencia que necesitamos cohesionar a favor de transformaciones reales y profundas, encontrándonos y tejiéndonos puede ser un gran comienzo.

Sin duda, la organización feminista autónoma, popular y comunitaria se plantea el encuentro de diálogos como instrumento de lucha y el cambio social como un hecho creativo y práctico. Es necesario construir un espacio heterogéneo de indias, obreras, amas de casa, estudiantes, lesbianas juntas, revueltas y hermanadas. Un espacio donde no nos vamos sumando a discurso ninguno, sino impugnando las barreras que el patriarcado pone en la construcción de un vínculo subversivo mujer-mujer, barreras que las mujeres las vamos haciendo propias. A partir de allí hemos ido desatando una práctica política en muchas direcciones y nos hemos ido convirtiendo en un referente social de rebeldía, fuerza organizativa y fuerza transformadora en nuestra sociedad.

En ese caminar y en ese juntarnos unas con otras, desordenando el orden de todas las filas, las prioridades y las jerarquías sociales. De ese trabajar juntas surge no sólo una experiencia de solidaridad y amistad, sino un conjunto de análisis, críticas y practicas sobre el necesario cambio social. Porque ningún cambio social que parta de omisiones es creíble y las mujeres hemos sido omitidas del sentido de cambio social, de antemano, en todos los procesos históricos que conocemos, por eso hoy decimos ¡juntas somos más!.

Temas propuesta para la discusión:

  • Feminismo y Lucha de Clases

Formas organizativas del movimiento feminista, militancia con sectores diversos (pedagogías, metodologías, formación política).

“La primera máquina desarrollada por el capitalismo fue el cuerpo humano y no la máquina de vapor, ni tampoco el reloj” (Federici, 2010, pág. 201)

ANTECEDENTES

El reconocimiento del papel transcendental que juegan las mujeres en la sociedad, pese a los esfuerzos de mujeres alrededor del mundo en diferentes ámbitos; sigue siendo restringido. La función reproductiva y de cuidados que cumplen las mujeres, lejos de visibilizarse y valorizarse social, laboral, científica, política, comunitariamente, etc., como un trabajo indispensable para la continuación de la vida, se ha mantenido encubierta.

Este trabajo realizado mayormente por mujeres se ha funcionalizado dentro del sistema económico-político imperante para glorificar actividades como la maternidad. Esto es visible, por ejemplo, cuando se trata de publicitar un modelo de mujer abnegada y entregada totalmente a la reproducción y cuidado de la familia nuclear (Despentes, 2007).

El trabajo de las mujeres ha sido asociado con los afectos (sentimientos y emociones), con lo rutinario y la atención a los demás; es concebido por la sociedad como natural a partir de la capacidad reproductiva-biológica de las mujeres y fruto de procesos históricos de socialización que las responsabilizan de las funciones reproductivas-de cuidados, mientras que a los hombres les corresponde en mayor medida el trabajo productivo (Larrañaga, Arregui, & Arpal, 2004).

Este escaso reconocimiento dificulta a que las mujeres se formen como sujetos activos en los diferentes espacios de participación a la vez que invisibiliza incluso para quienes realizan este trabajo su rol trascendental para la sociedad, estas condiciones anularon por mucho tiempo a las mujeres simbólicamente de espacios de participación manteniéndolas en el cautiverio doméstico-privado.

Las mujeres de este modo asumen las tareas del trabajo reproductivo y de cuidados disminuyendo sus oportunidades de desarrollo personal, profesional, político, etc. y representan sujetos domesticables, que a más de proveer de fuerza de trabajo, estarían encargadas de reproducir el disciplinamiento detonado sobre sus propios cuerpos y existencias. Sin embargo, las mujeres son solo parte de estructuras complejas de control y regulación en las que operan más actores externos.

Es necesario dejar claro que estos procesos violentos de disciplinamiento y desposesión están dirigidos a toda la población, pero que para los varones la pérdida de tierras de medios de existencia han sido parcial e históricamente compensados en lo que las marxistas llaman un pacto interclasista que les permite una apropiación consiguiente de las mujeres. A este proceso Federici se refiere como conversión de las mujeres en bienes comunes, que implicó una “nueva división (hetero)sexual del trabajo”. (Cielo & Vega, 2015, pág. 135)

  • ¿Dónde quedan las mujeres en la lucha de clases?

Para aquellas que nos criamos bajo la consigna primero la lucha de Clases y aquellas que descubrimos el feminismo más tarde de lo que nos hubiese gustado y que hemos escuchado hasta el cansancio que el feminismo es una ideología pequeñoburguesa. (Menéndez, 2018)

Es necesario repensarnos las viejas discusiones en la organización y los roles que dentro de las organizaciones han sido destinados para las mujeres, repensar y politizar las relaciones a todo nivel, emprender protocolos de acción frente a las viejas prácticas de complicidad y violencia, hablar en femenino de los grandes temas políticos. Las violencias perpetuadas en un sistema socioeconómico que amerita mantener estos niveles de violencia y explotación aún entre la clase obrera. Y la violencia machista es sólo la punta del iceberg de un complejo entramado de opresión hacia las mujeres que necesitan vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir. (IZAR, 2018)

Pero además superar esos viejos conceptos con los que se pretende funcionalizar una lucha tan necesaria y potente como la igualdad y equidad.

…es peligroso exigir igualdad en un sistema que se dedica a atacar y explotar a todo lo que existe en este mundo y pedir la igualdad dentro de este sistema es pedir que seamos igual de explotadas y violentadas que los hombres. No es por ahí el camino pues la idea, repito, es deconstruir este sistema y crear nuevas maneras de relacionarnos entre nosotrxs, con la tierra, con los animales y con la vida. También, en la línea de no ser dogmática, Federici nos habla de la importancia de pensar si el trabajo feminista tiene que ser a la par con las instituciones ya que éstas son las que han creado y permiten que continúen las desigualdades, sería algo ingenuo pensar que las instituciones nos ayudarán cuando lo que desean es mantener el status quo.

  • Territorio y Luchas antiextractivistas

El modelo de desarrollo extractivista aplicado bajo el mismo mecanismo colonial y patriarcal en los territorios de la Región, que nos promete desde procesos renovados y más conscientes de la contaminación que generan hasta futuros de desarrollo en esta espiral que conocemos de memoria y que lo único que ha permitido es el saqueo de los recursos y nuestra perpetua posición en la división internacional del trabajo en la que seguimos sosteniendo el desarrollo de otras regiones que no son la nuestra.

En las últimas dos décadas se ha dado una nueva forma de lo que Marx llamó “acumulación primitiva u originaria”, una nueva ola de ampliación sin mesura del mercado global, para lo cual debe desplazarse y destruir muchas comunidades. Se ataca a las tierras comunales pero también a las relaciones que produce la gestión comunitaria de la tierra.

El ataque a la mujer es fundamental hoy como lo fue en el siglo XVI y XVII porque son las mujeres quienes mantienen unida la comunidad, son las que están involucradas en el proceso de reproducción, son las que defienden más directamente la vida de la gente. Atacar a las mujeres es atacar a la comunidad. (Federici, Boca de Sapo, 2018, pág. 2)

Las luchas territoriales en contra del extractivismo se han construido de manera acérrima por mujeres, representantes de la defensa de la vida en su entendimiento más complejo, las mujeres han construido a través del cuidado una relación más cercana a los territorios y la naturaleza, por ello su visión sobre el mundo no se presenta como una visión solamente monetizada y mercantilizada de la vida.

  • Feminismo en organizaciones sociales mixtas.

  • Expresiones de la violencia patriarcal desde la perspectiva de militancias organizativas: (de clase, racialización, género, etc. a niveles urbano, peri-urbano y rural).

  • Aborto: Criminalización por abortar, activismo feminista por la des-penalización/legalización.

  • Espacio público urbano: ocupación de la calle, sujetos distinguidos como legítimos y señalados como ilegítimos.

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