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¡Unidad! La tarea urgente de la clase trabajadora para enfrentar la arremetida capitalista.

El anuncio de la subida de precio de los combustibles, de indudable afectación al costo de la vida, solo es una más de las medidas adoptadas por los capitalistas para mantener e incrementar sus márgenes de ganancia. Los últimos años, sin anuncio alguno, han ido incrementando las tasas y contribuciones municipales y estatales, las tasas por el pago de servicios básicos, el costo del transporte, etc. El resultado ha sido la pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora, que se ha visto reducido en un 50% si se compara frente al costo de la canasta básica en los últimos 10 años. La causa de esto no es la caída del precio del petróleo, sino el éxito de la clase capitalista al aplicar la política del imperialismo para nuestros países, a saber: 1. La división del campo popular y sus organizaciones, mediante la cooptación y compra de dirigentes sociales, que para justificar su entrega hablaban de la necesidad de apoyar a la burguesía “nacionalista” y “progresista” como un paso para la consolidación del “socialismo”. 2. La desmovilización de las fuerzas populares, producto de esa misma división y la confusión en las filas proletarias, lograda gracias a un discurso contradictorio de los dirigentes, que se han ubicado al lado del poder y como oposición en momentos alternos. La justificación que esgrimen, hoy que los resultados son evidentes, es que en ese momento se debía garantizar por cualquier medio no perder las “conquistas” de su propio sector, mientras otros eran golpeados por la represión patronal. 3. La aplicación de una política de endeudamiento agresivo de la clase capitalista, que utilizó los recursos líquidos que ingresaban a las arcas estatales para repartir el pastel a través de contratos estatales, sin industrializar el país, y por tanto sin modificar la capacidad productiva nacional. Ahora, luego de haber exprimido la capacidad adquisitiva de los trabajadores, afectando como consecuencia la rotación de las mercancías, luego de haber despilfarrado los recursos provenientes de créditos y la venta petrolera sin haber modificado la capacidad productiva, la burguesía no encuentra otra vía que continuar cargando el peso de su festín sobre las espaldas de los trabajadores. Mientras tanto, la miopía (incluso intencional) de esa misma dirigencia cooptada, impide la unidad de las bases proletarias para la lucha contra la política capitalista. Se han convocado movilizaciones de organizaciones de trabajadores eléctricos para el 14 de enero, sin embargo en la asamblea para realizar tal convocatoria se ha hablado de la importancia de no mezclarse con el FUT, inclusive de no utilizar los mismos puntos de salida para las movilizaciones. De lado y lado se acusan mutuamente de traición, se destierran mutuamente de sus partidos en donde incluso fueron compañeros y se miran con desprecio. Pero lo que la base proletaria entiende es que en este momento, entendidas las causas de la crisis y el golpe a la clase trabajadora, es una TRAICIÓN a todo el proletariado mantener actitudes divisionistas, venga del sector que venga. Es necesario unir toda la fuerza proletaria para enfrentar la arremetida capitalista. Es necesario marchar juntos, como un solo puño para forzar a los capitalistas a asumir el costo de la crisis que ellos han causado, para defender los derechos de pan, trabajo, salud, educación y vivienda. Lo que la dirigencia sindical no ha podido hacer en la historia pasada y reciente, lo deben hacer las bases, en sus asambleas, en sus movilizaciones, en sus barrios; juntar a toda la fuerza de los trabajadores y el pueblo para destrozar la política patronal. ¡A unir las bases proletarias en un solo puño, contra la política patronal! ¡A denunciar y expulsar a los traidores divisionistas de nuestras filas!

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